Buen sentido

Tomaré el aire
y ahuyentaré las respiraciones entrecortadas.
Sanaré la calma
tocándola en su origen.
Mis pupilas controlarán su dilatación
y mi corazón su latido,
a pesar de no deshacerse
de tus preguntas.
Pondré todo el desinterés,
la irritación e inquietud
a buen recaudo
—bajo llave.
Abriré el baúl del nerviosismo
—mi caja de Pandora particular—
para expulsar todos los males del mundo
—cohabitantes, allí.
Mi esperanza nunca querrá salir,
jamás.
Quedará en mí.
Aflorará por las mañanas,
asomando sus pétalos
por mis ventanas
e impregnándome el día
con su aroma.