Una lluvia de luciérnagas
cayó sobre el lago
pintándolo de verde.
Desde aquel día,
todo el valle mira
nuevos brillos y
hacia horizontes más lejanos.
Aquel fulgor dejó desnuda a la luna.
Desde entonces,
es ella quien baja
a bañarse en el agua.
¡Ay, zambullir de plata!
¡Ay, salpicar de llama!
Lindo!
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Muy bonito!!
Lorquiano 🙂
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¡Menudo honor! Mil gracias.
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