En otra vida

Te conozco.
Paseas por las mismas sendas.
Recorres surcos con tus manos
para dividir el horizonte.
Observas cómo antes de florecer
la semilla rompe
y surge la vida entre la tierra.
La lucha rehuye del abrazo,
pero anhela cada atardecer
mucho más allá de tus ojos.