Juraría haber visto
a Adonis sonreírme
esta mañana.
Mientras paseaba,
apuradamente,
por la calle.
Cruzamos alguna palabra,
sonrisa.
Viajaron gestos entre nosotros.
¡Casi me hace llorar!
Ha crecido mucho
desde la última vez que nos vimos.
Juraría haber visto
al Ogro, grandote y colorado,
de orejas puntiagudas
y tres cuernos verdes.
Con gran voz
y algo despistado,
tropezando con las piedras
amontonadas al filo de la calle.
No era tan grande,
ni tan feo,
ni tan malo,
ni tan ogro
como para no moverlo un poco.
No ha tropezado más.
Juraría
que iba vestida de punta en blanco.
Juraría
que me comí las doce uvas.
Juraría.

Gema Albornoz

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