El tal vez de los días El corazón del día se vacía y, con suerte, se vuelve a llenar. Podríamos despedirnos de él como gotas de rocío entre hojas para correr su mismo acaso. Tu voto:Comparte esto:TwitterFacebookCorreo electrónicoImprimirTumblrPinterestLinkedInTelegramWhatsAppSkypeMe gusta esto:Me gusta Cargando... Relacionado