¿Dónde circula el desastre?
Vienen a mí mis manos.
Sujetan mi cabeza
antes de la explosión.
Diversas ondas deforman
lo que me rodea,
aquello que mis pies sostienen.
¿Qué se mueve con mi grito?
¿Acaso aspira el cielo
en su expansión?
¿No será un aullido
vertido espiralmente
a lo grotesco?
Ruego a la ausencia
al tormento,
al desorden,
a la catástrofe de arrancar
la desgracia con mis propios dientes,
masticando la tragedia
hasta acabarla.
a través de Vertido espiralmente a lo grotesco (Experiencia LPNM) — LA POESÍA NO MUERDE