Despierta,
has llegado demasiado lejos
con los restos de un día.
Como cada noche
meces la posibilidad
de cruzar lo adormecido.
Pasas de la vigilia a la somnolencia
arrastrando la profundidad,
de allí al sueño de alas de mariposa,
ligero y veloz; de allí al de la flor
que se abre lentamente y finalmente,
al del beso de sincronizado de la nocturnidad del sueño.
Despierta,
tras cada lluvia de horas cotidianas
y cada enigma del inconsciente.
Despierta,
el sueño ya ha sido
y tú con él.