Temporal
Tan refrescante como el oxígeno de tus ojos al parpadear. Tan contundente como el aire de tu boca al conversar. Tan tempestad como calina nevada.
Tan refrescante como el oxígeno de tus ojos al parpadear. Tan contundente como el aire de tu boca al conversar. Tan tempestad como calina nevada.
Maldita, por ti he perdido las formas y los signos. Maldita, separas cualquier síntoma del primer indicio. Maldita, me has robado la razón para quedártela tú. Maldita, has engatusado cuantos ojos te han visto a mi lado. Maldita sin prisa, cogiendo los pasos de mi pluma. Maldita sin voz, cogiendo el eco de mis palabras.… Leer más Maldita, poesía
Un banco a la sombra. Un sombra en la tarde. Una tarde de otoño. Un otoño de baile. Un baile de estrellas. Estrellas al escape. Escape de tardes de sombras, otoños de estrellas y baile.
La canción que trina se lleva las plumas viejas del cuerpo en la melodía. Las notas vuelan entonces buscando una laguna por la que pasar al ras. Mientras el agua vibra arrastrando los silencios consigo, el pájaro cantor prefiere piar despertando al amanecer del día.
Luna, lunacero, cuéntale a la rosa cómo sonríen ojos de estrellas de osa. Río, ríocero, cuéntale a la roca cómo escuchas cantos juglares de dulces bocas. Ahora luna, ahora rosa, ahora río, ahora roca, contadme las historias que las noches estrelladas evocan.
Una taza de letras calientes y espesas, para tomar en las mañanas frías; recién hechas. Una que humee entre las manos y agite la ponzoña como soplidos de niña. Una taza de letras para removerla intensamente llegando a su fondo. Una taza de letras, para beberla de un trago y que encuentren refugio palabras más… Leer más Una taza de letras
Esta casa que me habita son puertas encajadas y el pito de una olla sin parar de dar vueltas. Esta casa que me habita son las tribus indias los domingos y las canicas. Esta casa que me habita son lienzos en blanco y negro, sepia y multicolor. Esta casa que me habita son flores asomadas… Leer más Esta casa que me habita
Camelias son tus ojos que germinan en diciembre. Miran el horizonte de pena y las montañas alegres. Lloran el blanco frío, de mimbre los besos prenden. Tus ojos pasean destinos de los amores de otoño. Quien los mira se torna rosa, quien los toca se espina el rostro. Quien los ama muere de vida, quien… Leer más Tus ojos
Acelera tus pasos y entonces. Acelera tus pasos y ahora. Acelera tus pasos y mientras. Acelera tus pasos a cuántos tantos. Acelera tus pasos y entonces, ahora, mientras a cuantos tantos.
I De pequeña mi despiste se quedaba jugando en las calles mientras yo iba y volvía del colegio. II De pequeña era igual de pequeña que ahora. Nunca me importó medir menos, si podía saltar o soñar más.
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