La tarde me ha traído
unas escamas de sal,
un par de frutas,
unas canciones con sabor a mar,
unos versos de Lorca,
unas páginas por escribir,
una llamada a la puerta,
algunos números rojos,
unos minutos de sofá,
otros tantos dando vueltas,
un futuro de mañana,
un mañana de hoys,
otra disculpa tardía
y el reconocer que ni soy Dios,
ni lo seré de aquí a la noche.