Esperas otro impacto;
instintivamente te proteges.
Salta las barreras emocionales
que bloquean el paso,
de tu creatividad,
por esa normalidad tuya
tan rutinaria.
El miedo bloquea.
El nerviosismo bloquea.
La timidez bloquea.
La intolerancia bloquea.
La envidia bloquea.
Tu propio juicio bloquea.
Y bloquean al amor.
Seleccionas lo que sientes
para no adolecerte de ese mal.
Sigues bloqueando el dolor
que te produjeron
el miedo, el nerviosismo,
la timidez, la intolerancia
la envidia y un juicio
implacable.
Sigues bloqueando el dolor
que genera el hormigueo
de tus dedos desparramándose
hasta el entumecimiento
de tu corazón.
Vives con la predisposición
de ver pasar un bloqueo
que se acerca
mientras tu corazón rebusca
el botón al que presionar
para reiniciarte.
Detenido momentáneamente.

Gema Albornoz

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