Al entrar
en mi cocina
no encontré
ninguna nota diciendo
que te habías comido
las deliciosas ciruelas
que creías que había guardado
para el desayuno.
Estaban demasiado frescas
Por eso me comí un par de kiwis
Aunque no sean tan jugosos.
Al entrar
en mi rutina
todo lo que quería
era toparme
con una carretilla roja.
O verde o amarilla.
Pero revestida de lluvia.
Y aunque no correteen polluelos
si me quedasen,
como siempre,
migajas de pan,
en mi jersey,
algún gorrión aparecerá.

Gema Albornoz

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