Una leyenda marina

Algunas olas son caprichosas.
Van, vienen y rompen contra cualquier roca.
Otras buscan murallas o altísimos acantilados.
Indican el fin del mundo con una muesca y caen
sobre el océano arrastrando las huellas, la riqueza
del fondo marino e incluso leyendas marinas.
Cuentan que alguna vez, vieron a una dama
esperar al borde de todos los mundos. Inalterable
durante tantas nuevas lunas, se sentó aislada en la roca.
Ésta fue esculpiéndose a su imagen. Siempre mirando
al mar. Cuando subía la marea y ese cabrioleo llegaba
a lo más alto, se estiraba ambicionando rozar el rostro
de esta muchacha en formación rocosa y de ojos joya.
Mientras tanto, ellas van, vienen, rompiendo contra
cualquier roca, soñando, algún día, poderla tocar.

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