Que todo lo que quieras,
te quiera.
Escapando de su gélido hogar
al norte de cualquier parte del mundo.
Que todo lo que cuides,
te cuide.
Como si fueses su esquina desconchada
más preciada.
Que todo lo que sueñes,
te sueñe.
Buscándote
como su propio rayo de luz.
Que todo lo que aceches,
te aceche.
Persiguiéndote en su momento
más frágil, aunque eso signifique su fin.
Que todo lo que desees,
te desee.
Definiéndote como su más salvaje instinto
y el más natural.
Que todo lo que arañes,
te arañe
lo que quieres,
lo que cuidas,
lo que sueñas,
lo que acechas,
lo que deseas
y arranque la mitad
de lo que tú arrancaste
de entre sus manos.

Gema Albornoz


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