
Ropa sucia
amontonada en la primera
cubeta vacía.
Medio tarro
de pintura ocultando
su verdadero nivel
al tener las paredes
decoradas con ese color.
En formaciones de fila india
al perder el equilibrio.
Papel higiénico
extendido cual alfombra
roja a lo largo de ella.
Ambientador
contando hasta novecientos,
pacientemente, dispara sin apuntar.
Mientras sigue parpadeando
la luz que guarda un mensaje
Musical encriptado.
No habrá tiempo
para ordenar el lavadero
con un chasquido de dedos.
Antes de terminar el barrido
de mi cabeza de un lado
al otro de la habitación.
Tendré que ordenar
al modo tradicional.
Gema Albornoz
E
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
Empiezas a sufrir del síndrome de la genialidad; y es que ya no importa el tema, que de cualquier cosa componen un gran poema.
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Ay, muchísimas gracias, Gallego. Por si acaso, seguiré practicando. 🙂
Un abrazo.
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