Había demasiado ruido
cuando todo estaba en silencio
y en mi cabeza cruzaban,
aleteando fuertemente,
pajarillos hasta su nido.
Estaban recogiendo pequeños palos de madera.
Una lanza apuntaba hacia aquí.
Aunque su postura era amable ante mí.
Cerré los ojos.
No soporto esa amabilidad
que no sé cómo acabará.
El ruido no cesaba
y el aleteo se redobló.
Escuché uno algo más elegante y pausado.
Las partículas de mi cuerpo evaporadas,
se volvían a unir en el aire
formando mariposas que volaban libres
y buscaban un hogar colgante.
Mientras tanto,
esperaba que el silencio cobrase vida
y el ruido durmiese hasta otro día.
Gema Albornoz
Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
A mí me gusta mucho tu cabeza alborotoda de pájaros. Déjalos que aniden
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que se aposentaron bien. 😀
Un abrazo.
Me gustaMe gusta