En algún rincón
de tu habitación
queda brillo de tus ojos.
Al margen,
se desperezan palabras
que te erizaron la piel,
las huellas
del olor de un abrazo
y unos cordones desanudados.
En algún rincón de tu habitación
vuelan los retratos.
En cambio, la mejor idea
para decorarla sería conservar
el calor y la diversión
entre tus sábanas.