La tacita
Tacita, llénate antes de que venga la cafetera y te escalde todo el cuerpo de chocolate y niebla. Tacita de porcelana, tan fría como la luna, reluce redonda y nueva desde mi mano a la suya. Y entre sorbito y sorbito jugarás con el azúcar.
Tacita, llénate antes de que venga la cafetera y te escalde todo el cuerpo de chocolate y niebla. Tacita de porcelana, tan fría como la luna, reluce redonda y nueva desde mi mano a la suya. Y entre sorbito y sorbito jugarás con el azúcar.