Recorrió la senda
por la que ululaban los árboles
con más fuerza. Pensó que así
podría traducir, con alguno de sus sentidos, el mensaje.
Tras varios días en el camino,
su piel desprendía un delicioso perfume.
Había sido marcado por las más profundas raíces de aquellas criaturas ramificadas y gigantes atadas al suelo.
Arboreció sin raíces.
Ahora, sobreviviría como un nuevo y único especímen arborescente .
Y llegaron los pájaros, de todo color, tipo y tamaño, y colonizaron sus ramas. Y poco a poco comenzó a sonar la sinfonía dulce del amanecer.
Ná, que me ha dado por ahí. 😀
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Me parece bien. Disfruta del paseo.
Gracias, José Luis. 🙂🎈🎈🎈🎈
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