Érase una vez cualquier día

Cuando la magia del amor se avecina,
un poder que nadie sabe, nadie entiende,
ni controla, sitúa las manecillas del reloj
a la misma hora, minuto y segundo en dos
muñecas diferentes. De inmediato, imaginamos
el beso verdadero, el reino adormecido, el bosque,
la ciudad encantada, la manzana envenenada y el hechizo.
Cualquier día comienza por su érase una vez. Ningún día,
ninguna historia es perfecta para nadie. Todos los días,
en cambio, jugarán las palabras para tener un final de cuento.

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