Cuando la magia del amor se avecina,
un poder que nadie sabe, nadie entiende,
ni controla, sitúa las manecillas del reloj
a la misma hora, minuto y segundo en dos
muñecas diferentes. De inmediato, imaginamos
el beso verdadero, el reino adormecido, el bosque,
la ciudad encantada, la manzana envenenada y el hechizo.
Cualquier día comienza por su érase una vez. Ningún día,
ninguna historia es perfecta para nadie. Todos los días,
en cambio, jugarán las palabras para tener un final de cuento.
2 comentarios sobre “Érase una vez cualquier día”
Los comentarios están cerrados.
“Cualquier día comienza por su érase una vez”,,,
Me encanta, este poema es un acierto.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pensé que tenemos que imaginar así cada día, independientemente de lo que ocurra. Si en los poemas no se puede tener ese final de cuento, entonces, no sé…Gracias, Viky.
Me gustaMe gusta