Quisiera estrujar el resplandor de la nube,
si pasase más rápido. El cielo se abrirá,
me dijiste. Las nubes y la tierra pasarán.
Algunos aprovecharán las ramas para cubrirse.
¿Quién osará bañarse en oro y plata para
permanecer? Otros cubrirán sus rostros aterrados
con las manos. ¿Quién hará reír a la corte mientras
su alma llora como bufón con la salida del sol en la
mañana? Habrá quienes señalen al cielo culpando de
temporales de odio a quientodoloamayperdona. ¿Quién
apuntará al atril para indicar cuántos errores comete
porque hace su voluntad y no la suya? Quisiera tener fe
en la libertad de mi mente como Virginia Woolf. Quisiera
madurar la confianza en la paciencia como granos de mostaza.
Quisiera vivir dulcemente el tiempo y que nadie imponga la
promesa de una voluntad, sino es junto a la mía.