La nada de Alejandra
se convierte en mi hábitat.
Hago de ella mi casa rota,
con muros a medio levantar,
con heridas a medio sangrar.
A medio morir en la noche,
por la herida, me levanto ansiosa
de líquidos. Sedienta, muerdo mi carne.
Tiene sabor común, porque es mía
y me sabe a la nada que me copa.
Gema Albornoz
Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com.