La nada de Alejandra
La nada de Alejandra se convierte en mi hábitat. Hago de ella mi casa rota, con muros a medio levantar, con heridas a medio sangrar. A medio morir en la noche, por la herida, me levanto ansiosa de líquidos. Sedienta, muerdo mi carne. Tiene sabor común, porque es mía y me sabe a la nada… Leer más La nada de Alejandra