Vuelves
y me dejo caer atrás
con los ojos cerrados
—peso muerto.
Mi cuerpo flota
en tus manos
y mis alas vuelan
con una confianza
a la que tú le has empujado
con tan sólo un roce.
Soy una rosa,
un conjunto de pétalos por deshojar.
Una cáscara—con manos—de cebolla.
Una piel que muda al ser deseada.
Vuelves
dejando todo al descubierto.
Echando mano a las llaves
de fácil entrada a mi trastero.
Removiendo mis cacharros.
Armando barullo con ellos,
desde el fondo.
Dejando que resuenen
y alboroten.
Vuelves
y me dejo caer atrás
con los ojos cerrados
—peso muerto.
Y sueno a lata enmohecida.
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
Gema:dejas huella con cada poesía,es un alimento al alma que reconforta lo físico.Me ha encantado la fotografía que lo acompaña.
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Casualmente, tu voz es alimento para ellas porque sin ella no cobrarían vida.
Un abrazo y mil gracias. 😊🎈🎈🎈🎈
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Me ha gustado muchísimo este poema. ¡Enhorabuena, Gema!
Un fuerte abrazo.
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Muchísimas gracias, Isabel.
Besos.
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