
Nadie medirá, hoy,
la temperatura que bordea
las entrañas de la tierra muerta.
En la que mi corazón
es el seno —única ruta hasta ella.
Una señal indicará
dónde no traspasar el límite,
hasta qué semáforo llegar
cerca del mercadillo ambulante.
Donde no crecen hilos de hielo
en las pestañas de nadie,
ni venden nada caliente
con lo que caldearse las manos
—y el alma.
Nadie será capaz, hoy,
de llegar a mi fábrica de inviernos.
Donde sólo faenan una maraña de afectos
silenciados por el trabajo mal pagado,
en el que holgazanean otras partes del año.
Donde supero a Oymyakon
cuando me visita retándose conmigo.
Donde prendo hogueras
antes de enterrar recuerdos.
Donde las lágrimas explotan
en copos de nieve rosa
cuando sienten una piel cerca,
rompiendo el círculo.
Gema Albornoz
Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
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Gracias por compartirla. 🙂
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Rindes culto a la poesía con gran respeto y mayor talento. Me inclino ante ti.
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No ante mí, las genuflexiones ante la POESÍA.
Mil gracias por este comentario y por los ojos que leen mis letras, junto a todo lo que pones detrás de ellas.
Un abrazo. 🙂 🎈🎈🎈🎈🎈
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☺
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🙂 🎈🎈🎈🎈🎈
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[…] a través de Mi fábrica de inviernos — Emociones encadenadas […]
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Mil gracias por compartir. Actualmente, hay un sorteo y has cumplido con los requisitos. ¿Te anoto para participar?
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