
Mi cuerpo se inclina
hacia delante
y hacia atrás.
Se deja llevar por el tic-tac
que marca un contrabalanceo
en el aire.
Muevo mis piernas
desajustando el balance.
Puesto que quisiera llegar tan alto
que mis alas se asustasen.
Querría poner el asiento del revés.
Para ver todo mejor.
A ver si toma
otra forma/color.
En suspensión pondría
todo lo que necesite
alambre de sujeción.
Excepto mis alas y yo.
Me convierto en su “Toma aire”
cuando se ponen nerviosas.
Y son mi motor
cuando me paro yo.
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
Maravillosa sensación la de columpiarse, ya podrían hacer en los parques columpios para adultos
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No sé qué me pasa últimamente que tengo esa continua sensación de balanceo. 🙄😁
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«Que mis alas se asustasen…»
Ya, Gema, ya lo sé que hay mucho poema 😀 😀 😀 😀 Pero esa frase… ¡Esa frase…! ¡Buf, esa frase! 🙂
Estoy de acuerdo con Eva en que debería haber columpios para adultos, pero debo confesar que yo, cuando nadie me ve, me saltó algunas normas 😀 😀 😀
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Jajajajajaajajajaja. 😁😁🙃🙂🙃🙂🙃🙂🙃🙂🙃
Si es por un asiento en un columpio así, no creo que pase nada que te saltes las normas, es más ¡te vendrá genial!
Un abrazo.
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😀 😀 😀 Lo peor no es lo de subir al columpio, lo peor es que luego se forma la cola y no manera de hacerme bajar… los niños lloran, los papás se enfadan… 😀 😀 😀
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