
Un día de esos
quieres asir el paraguas del revés.
Para recoger las gotas
que caen del cielo
con formas diferentes.
Porque imaginas que ellas
se van amoldando
a la forma que le dan
los pasos que caminan
unos detrás de otros.
Una persona, otra,
un niño, un carro,
un coche, una moto.
Un hombre mayor que cruza despacio.
Una mujer con su andador.
Una pareja cogida de la mano.
No sé cuántas gotas,
horas,
otros,
otras,
han ido cayendo.
Pasando.
Ellos siguen deambulando.
Como yo.
Pero no sé si soñando.
Gema Albornoz.
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
Qué bonito el poema y qué bonita la lluvia… lo malo es cuando se mezcla con lo de los ojos.
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Gracias. ☺️
No hay que ponerse triste por ver llover, hay que aprender a disfrutar de la lluvia, de fuera y de dentro. 😉
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Me parece preciosa la idea… ¡muy bonito!
Abrazos.
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También me lo pareció a mí. 🙂
Abrazos, Isabel.
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