
Un lobo se acerca
sigilosamente
y me reta con la mirada.
Me propone jugar a un cuento.
Le digo que no soy Caperucita
y que no lo entiendo.
De tantas vueltas que da
tan cerca de mí
se va multiplicando en muchos otros.
Ya son lobos que aúllan
y lo protegen
como si yo fuese la fiera peligrosa
y él el pobre animal.
¿Quién sabe?
Quizás lo sea.
Puede que lo sea.
Acabo de dar mis primeros pasos
en el zoo
y ya me tachan de animal.
Me voy con los monos y los pandas
que me gusta más verlos jugar.
Gema Albornoz
Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.wordpress.com/.
Me gusta mucho tu evolución poética, Gema, te felicito por ello.
Siento no poder seguirte a diario, repasaré un poco tus últimas entradas.
Un fuerte abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, Isabel.
Era cuestión de soltarme un poco y sentirme más cómoda con lo que mostraba.
No te preocupes que es comprensible.
Un abrazo.
Me gustaMe gusta
Así que poesía filosófica???? Buen revés, Gema, muy bueno.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Tiene una mezcla algo rara, pero es lo que me salió hoy. ☺☺☺
Un cambio no venía mal. 😀
Un abrazo, Natalia.
Me gustaLe gusta a 1 persona