
El noticiario había anunciado
que se avecinaba tormenta.
Llegaste a casa y lo vi.
Estaba escrito en tus ojos.
Cuando te abrí la puerta
me dejaste leerlo allí.
En la mano, aún llevabas el maletín
que dejaste caer en el suelo.
El noticiario lo había anunciado.
Esa noche no pude encontrarte más.
No te dignaste a hablar.
Discutimos y me dejaste
con las preguntas colgadas
en las notas de la nevera.
Se escuchó la puerta.
Había comenzado la tormenta.
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.wordpress.com/.
Me temo Gema, que había comenzado la calma…..aunque duela.
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¡Qué buen punto, Natalia!
La verdad, es que ahora que lo dices, tienes razón. Voy a tener que pensar escribir la otra parte para que tenga sentido. 😀
Si no me vas a estropear con una frase el experimento, Natalia. Jajajaja. 😝
Besoooooooooos.
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Ay noooooooo….estropeartelo noooooooooooooooooooo.
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No dije estropearlo, Natalia.
La segunda parte, como en las películas, desde el punto de vista de la otra persona. 😀 😀
Siempre añades, nunca estropeas.
Aprendo con tus comentarios. 😁😁😁
Abrazos, Natalia.
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Las notas en la nevera quedaron
el cepillo en el cajón guardado
la ropa bien colocada
y el corazón preguntando
un beso
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Muchas gracias, por el aporte Margui. 😀
Besos.
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El poema es una maravilla, Gema. Este me ha gustado especialmente.
Un abrazo y feliz martes 😀
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Gracias, Javi. 😀
Me maravilla que te encanten mis experimentos. Se nota que también te gusta experimentar. Jajaja.
Un abrazo y feliz martes.
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Hay que experimentar, Gema. Que de otra forma, no se avanza 😀
Un abrazo.
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😁
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Todas las tormentas tienen su cielo escampado, Gema.
¡Y es realmente precioso!
El problema es que cuando estás en el ojo del huracán, no se ve ni pizco..
Un abrazo.
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Jajaja.
Así parece ser. Después de la tormenta viene la calma.
Un abrazo. 🙂
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