
Una de flor,
otra de piedra.
La cal se quedó en la piel
de tanto que te vieron llorar
Te pintaron para sanar,
cubrir y no dejar escapar más.
La arena se quedó al otro lado,
estaba enredada en tu pelo,
no se quería deslizar,
irse y despedirse jamás.
Una de flor,
otra de piedra.
Te deja el aroma
con un roce.
Con un roce
te deja de peñna.
Gema Albornoz
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.wordpress.com/.
Muy bonito, Gema. A darle duro al fin de semana.
Un abrazo.
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Gracias, Javi.
A por el viernes. 😀
Un abrazo.
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