Aunque no siempre reine
desde un trono elevado,
la apariencia y sus lacayos,
siempre han sido muy respetados
en el sistema de los tres dominios.
Una clasificación biológica
que siendo ahora la propuesta
se puede criticar, sin consenso,
con otras hipótesis no vigentes
aunque presentes y existentes.
Leer en Salto al reverso.
Aunque no siempre reine
desde un trono elevado,
la apariencia y sus lacayos,
siempre han sido muy respetados
en el sistema de los tres dominios.
Una clasificación biológica
que siendo ahora la propuesta
se puede criticar, sin consenso,
con otras hipótesis no vigentes
aunque presentes y existentes.
No hay forma de distinguir lo que es fingido de lo que no. Por eso, la única solución eficaz es considerar todo como parte de la persona en cuestión. Somos tanto las esencias como los disfraces, todo forma parte de nosotros. Y en el mundo de lo banal y lo inmediato, predomina mucho el disfraz.
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Muy cierto. Todos tenemos, como mínimo, alguna parte de nosotros disfrazada y cubierta por detalles que distorsionan lo que somos.Mantener una mentira como real sólo tiene dos vías: o se acaba o te la acabas creyendo. Si finalmente, no hay coherencia y lógica, ese disfraz cae por sí solo. Si por el contrario, se mantienen y te los crees, esos disfraces se quedarían tan pegados a la piel que seríamos incapaces de diferenciarla de nuestra propia piel.
Muchísimas gracias por comentar. 😀
Un saludo, José.
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Vaya que es así Gema. Desde hace muchos años lo que vale es la apariencia y no lo que es una persona en su interior. Si todos supieran lo que se pierde, mirando solo la cáscara, el poder y el dinero.
Gracias por tu me gusta los Premios son como publique libremente a las/los que quieran postearlos y recibirlos en su Blog, lo que a mi me da mucha alegría es compartirlo libremente para quien los quiera.
Te dejo besos mágicos
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Esas apariencias, o se caen o te confunden a tu yo contigo mismo.
Hay demasiados detalles y demasiadas cosas que añadir a esa «cáscara»
Un abrazo Irlanda.
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