La casa que habito
Un latido marca el horizonte. Cuatro paredes con flores testigos. Trinchera de cada día de mi vida. Me siento en una silla heredada donde los pies me llegan al suelo y cada vez que me desperezo, me expando. Sigo creciendo.
Un latido marca el horizonte. Cuatro paredes con flores testigos. Trinchera de cada día de mi vida. Me siento en una silla heredada donde los pies me llegan al suelo y cada vez que me desperezo, me expando. Sigo creciendo.