La casa que habito Un latido marca el horizonte. Cuatro paredes con flores testigos. Trinchera de cada día de mi vida. Me siento en una silla heredada donde los pies me llegan al suelo y cada vez que me desperezo, me expando. Sigo creciendo. Tu voto:Comparte esto:TwitterFacebookCorreo electrónicoImprimirTumblrPinterestLinkedInTelegramWhatsAppSkypeMe gusta esto:Me gusta Cargando... Relacionado