Respuestas para el cielo de nadie

Miras a los ojos
y toda certidumbre habita
en mundos recién descubiertos.
En aquellos más fríos,
colocas la bandera de la esperanza.
Con perspectiva, admiras las estrellas
marrones, donde se repite el presente
en cada pasado y futuro. Señalas las
estrellas fallidas y en ellas las promesas
de un cielo azul e intenso como forma de vida.
Los astros a medio camino entre estrellas y planetas
reúnen las circunstancias iniciales para provocar
un dinámico caos perfecto, como adelanto del aleteo
de las mariposas. Diriges la teoría hacia el otro lado
del planeta donde dos soles se eclipsan cada noche.
Allí donde toda predicción es inútil, puesto te propagas
gaseosa y desencadenadamente cubriendo todo. Hasta tú misma.
Cualquier alteración de mañana es hoy. Te lanzas. Vas,
con fuerza, hacia él, sabiendo que todo choque es sólo comienzo.

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