El tiempo baila.
Mientras tanto nosotros
acortamos la distancia
tomándolo de la mano.
Se estira, se alarga.
Tanto como para rozarnos.
Se transforma para recibir
el abrazo, al cogernos por
la cintura. Y nos hace girar.
Damos un par de vueltas
cuando hemos perdido
la cabeza. Vivimos mientras
tanto, de su mano. Hacemos
círculos, vacíos, perfectos
que atrapan al universo y
que nunca acaban de cerrarse.
Al final resulta una suma de la fuerza
de instantes que se hace eterna.
Un comentario sobre “Suma de la fuerza de instantes”
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Reblogueó esto en Acuarela de palabrasy comentado:
Es tan difícil hablar del tiempo… pero los poetas siempre pueden!
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