La jungla de mi balcón
recibe el baile del aire.
El otoño bombea en las hojas,
la luz doma sus estambres.
Sus deditos van soltando
besitos de mariposa
en estas cuatro paredes,
en esta estancia de rosas.
En este jardín silvestre,
donde la obrera reposa
y la capitalista es roja,
no verde.