Cantad al sol que no baja
para que no cierren los ojos.
Tapad aquellos que miren lunas
lejanas donde no soñaron pisar.
Traed a quien camine cualquier senda
con los ojos cerrados y las manos abiertas.
Recibid de la misma forma lo que no llega
pues vendrá a los mismos ojos y manos.