El sistema montañoso
perfilado por mis posos
de café recoge los reinos
que habitan en mis labios
mientras los poso sobre
la porcelana. Allí transcurre
el día: suenan campanas, coches
aceleran, niños gritan, ventanas
se abren, puertas se cierran,
sillas se mueven, suelos crujen,
cortinas ventean, palabras vuelan
a los tejados, reverberan cantos
varios, zancadas de urgencia, motores
en marcha, cisternas vacías, golpes
en la mesa, oleaje de prefacios.