La cáscara de pipa naufragó
por un río de saliva.
Se olvidó de nadar,
cuando tumbada bocarriba
—por exceso de calina—
se quedó requetedormida.
Una pequeña corriente
la atrapó y la inundó,
sin pedir amparo,
sin mandar telegrafía
ni ningún bote salvavidas.
Gema Albornoz

Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com.


ME GUSTA
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias. ☺️🎈🎈🎈🎈
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bueno tu poema Gema.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias. ☺️🎈🎈🎈🎈
Me gustaLe gusta a 1 persona