
Duermen.
No necesito soñar
con los ojos cerrados.
Miro bajo la manta,
atada a los pies de tu cama.
Conseguí que se quedase en pie
con uno de mis puños
—cuando me dejé envolver
por una sábana que se adhería a mí.
Queriendo quitar el puesto
a mi propia piel.
Duermen.
No necesito hacer ruido.
Nunca lo hago.
Paseo ociosa
entre ellos mismos,
soplando sus nucas
y susurrando palabras
en lenguas inventadas
—maternas para sus almas
aún no aprehendidas.
Duermen.
Ante su primera duda
doy el primer paso
—visible.
Gema Albornoz
![]()

Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.

Qué sería del mundo sin las susurradoras que vigilan nuestros sueños. Precioso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, por las palabras y por el comentario en sí.
Saludos. 😊🎈🎈🎈🎈🎈🎈
Me gustaLe gusta a 1 persona
No conocía a las susurradoras, me dio un poquito de susto. Un poema misterioso, al menos para mí. Un beso, Gema.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Creo que existían pero estas no dan miedo, Melbag. 😊🎈🎈🎈🎈🎈
Un abrazo grande.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por presentármelas.
Me gustaLe gusta a 1 persona
A ti, por querer conocerlas aquí.
😘😘😘😘😘
Me gustaLe gusta a 1 persona
🙂
Me gustaLe gusta a 1 persona