
Dijeron que no podría
alimentarme a base del cosquilleo
que hace retemblar mi mano.
Emitiendo chillidos punzantes
hasta que pasabas
—apenas rozando—
su dorso.
Dijeron que no podría
volar al cerrar los ojos
y subir mi mente en la melodía más acorde.
Los creí hasta que pensé en un destino,
abrí mis ojos
y me hallé conociendo otro mundo.
Conociéndome en mi otra existencia.
Dijeron que no podría
descubrirte hasta que me vieron
sacarte a la luz
y traerte hasta aquí.
Una de las realidades paralelas
que Hugh Everett pensó infinitas.
Donde siempre me agito y vuelo
al encontrarme contigo.
Gema Albornoz
Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com/.
Hermoso, Gema.
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Mil gracias, Melbag.
Me dejas el comentario en la entrada más inesperada. 🙂
Un abrazo. 😊🎈🎈🎈🎈🎈
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Un abrazo para ti también.
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