Ni tuyo ni nuestro, mío
Mío era el dedo acusador que te señaló. Primero como misterio después como algo aterrador. Mío era el frío. Habitaba como redentor. Después tú y el calor. Avivando las brasas de amor. robando y sumando grados para compartirlos entre dos. Mío era el derecho a la devolución. A pedir prestadas palabras de otros labios, para… Leer más Ni tuyo ni nuestro, mío