
Una cascada de guirnaldas
revestidas de un halo luminoso.
Cuelgan yedras hasta el farol.
Estoy segura que no las ves
porque quedan a la puerta,
a los pies de tu ventana.
Dejando el aroma fresco
con cada gota de rocío
en la mañana que recuerda
que volverás a lucir
de noche con más intensidad.
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Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com.
a veces la luz viene sola
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Suele ser así. 🙂
Un saludo, Neo.
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