Puchi estaba corriendo

Puchi estaba jugando

cuando su hada madrina

apareció de sobresalto.

Estaba tan encantado

el conejito juguetón

que delante de su bella hada

corría como si no hubiese un mañana.

Aquella ángel alada

le concedía un deseo

el antojo de Puchi

era ser pájaro y alzar el vuelo.

¡Se lo concedió!

Puchi mutó a ave

volaba por los cielos

sin que lo detuviese nadie.

Pero la envidia es muy mala

y todo aquello lo vio

una bruja muy fea

que al lanzar hechizo alguno

a alguien envenenaba.

¡Seguro!

Así que aquella hechicera

soltó un conjuro

que juró

era de transformación

y después de unos momentos

¡convirtió al hada en flor!

Puchi volaba por los cielos

cuando se le ocurrió la solución.

¡Volaría hasta la casa

de esa malvada maga!

Allí, en un caldero gigante

había una pócima verde

que era bastante horripilante.

Cogió un vasito de ella

y lo tiró en la flor

después de contar dos

la hechicera buena apareció.

Le daba las gracias

por haberla ayudado,

le regaló un don especial:

¡Cuando Puchi cantara

todos los demás

tendrían que bailar!

Gema Albornoz

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