Esa maraña de ramas,
no deja entrar al sol.
Él encuentra su encondrijo
y se cuela, sin contar dos.
Cuando pasa otro ratito,
y el sol ha de moverse,
la rama vuelve a burlarse
de que el sol ya no se cuele.
Pero seguro que éste
en su intento, no flaquea
y por mucho que se mueva,
se afana y se empeña.
Aguarda.
Aguarda el momento justo
en que se incline
una rama.
Gema Albornoz
Emociones encadenadas 
Un texto precioso, me ha gustado mucho.
Un abrazo y buen fin de semana.
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Muchas gracias, Javi. Tus comentarios me alegran la entrada, y la mañana. 😀 ¡Gracias por comentar!
Un abrazo y feliz fin de semana.
Gema
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Desde bell@espiritu.com te he nominado para una distinción, encontrarás la nominación aquí: http://bellaespiritu.com/
Un saludo para ti.
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Muchísimas gracias. Tu nominación es una grata sorpresa y una mayor honor.
¡Un saludo! Gema
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Hola feliz lunes:
Vengo desde el blog de Julie, y me gustó mucho lo que hay aquí si me lo permites volveré.
Saludos guapa.
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¡Feliz lunes!
Gracias por la visita y por pensar en regresar. Puedes volver cuando te plazca, sin prisas.
¡Muchas gracias!
Un saludo,
Gema Albornoz
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Muchas gracias, me encantan estas emociones encadenadas tienen muy buena pinta.
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Qué precioso!!!
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Te mando un rayito de sol, desde aquí…ya mismo otra cosita…jajajaja
😛
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Gracias Gema!!!
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