🎉🎉 Comienza la Cuarta experiencia en LA POESÍA NO MUERDE 🎉🎉
Aquella noche me hipnotizó
y caí en su embrujo.
Me hizo confesar
algunos de mis miedos,
algunos de mis fracasos,
algunas luchas.
Y seguí saltando a ciegas
esquivando las preguntas que lanzaba
como punzantes dardos florales.
Se mostró tras un velo blanquecino
que se alzaba un poco
con el soplido del viento.
Se mostraba a años luz de distancia.
Inalcanzable.
Aunque quizás nos separasen unos cuantos pasos.
Se mostró con una gracia sutil
que de cuando en cuando
Me sonreía y me embaucaba.
No podía ser de otra manera.
Intentaba ocultar su rostro, su mirada.
Y entendí.
Estaba protegiéndose de sí misma.
Sentí un alboroto en el estómago,
no eran pequeñas punzadas.
Era una revolución.
Leve mareo.
Me sentí pesada.
Me sentí ligera.
Flotando en un sueño.
Cuando abrí los ojos
me encontré en medio de un bosque
Rodeada de luciérnagas.
Era una bella estampa.
Mil gotas luminosas habían venido
a salvaguardar mi ofrenda de palabras.
Pero tú te vas por la parte de atrás.
Desapareces.
Te vas del sueño.
Te vas.
Leer en La poesía no muerde
José Alcalde, Ensoñación, gráfica digital, 2016
Aquella noche me hipnotizó
y caí en su embrujo.
Me hizo confesar
algunos de mis miedos,
algunos de mis fracasos,
algunas luchas.
Y seguí saltando a ciegas
esquivando las preguntas que lanzaba
como punzantes dardos florales.
Se mostró tras un velo blanquecino
que se alzaba un poco
con el soplido del viento.
Se mostraba a años luz de distancia.
Inalcanzable.
Aunque quizás nos separasen unos cuantos pasos.
Se mostró con una gracia sutil
que de cuando en cuando
Me sonreía y me embaucaba.
No podía ser de otra manera.
Intentaba ocultar su rostro, su mirada.
Y entendí.
Estaba protegiéndose de sí misma.
Sentí un alboroto en el estómago,
no eran pequeñas punzadas.
Era una revolución.
Leve mareo.
Me sentí pesada.
Me sentí ligera.
Flotando en un sueño.
Cuando abrí los ojos
me encontré en medio de un bosque
Rodeada de luciérnagas.
Era una bella…
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