¿Quién seguirá los pasos del árbol? ¿Será suficiente permanecer horas bajo su sombra para habitar en su refugio? Vendrá el viento, querrá llevarlo y no podrá coger de la mano sus raíces. Balbucearán sus hojas más pequeñas y verdes. Ninguna caerá al suelo hasta llegado el momento. Cuando la hora marrón cace sus picos y… Leer más Otoño a sangre fría
Finalmente, somos olvido. Imagina desnudarte tras cada otoño. Pasar el invierno con tus entrañas hacia fuera. Pensar cómo todas las escenas claras se tornan brumosas con el paso del tiempo. Y sólo es el principio.
Los árboles desnudos se tomaron un respiro este año. Una queja por su hogar y alimento bajo sus ramas como sombra.
Nada ocurre sin que nadie sepa. Ojos semanales, se parecen a sus días. Todo ser vivo germinará al soplar el viento sobre su tallo. El aliento será testigo. Indudablemente, atardezco.
Los jugos de otoño por el suelo. Un tapiz ocre, glauco y dorado sobre el que detener los ojos y el paso del tiempo. Delimitar figuras aceitunadas en el mientras tanto. Divagar en el bostezo de un tiempo irrefrenable ante los ojos de quien no se asombra de mirar al suelo mientras camina.
Vienes y tocas besos en cada hoja tentada al viento. Llegas con una historia en cada banco, donde nadie espera y del que todos hablan. Vienes. Llegas. Cargas los rostros ocultos del mañana que no llegó y que conserva el ayer.
Camelias son tus ojos que germinan en diciembre. Miran el horizonte de pena y las montañas alegres. Lloran el blanco frío, de mimbre los besos prenden. Tus ojos pasean destinos de los amores de otoño. Quien los mira se torna rosa, quien los toca se espina el rostro. Quien los ama muere de vida, quien… Leer más Tus ojos
El cielo de otoño arde y seca, frenéticamente, las hojas. Quedan frutos para calentar el corazón mientras las temperaturas bajan. Algunos árboles se desnudan, pero visten el suelo con sus ropas. Otros, no quieren mostrar sus vilezas y las abrazan para que ninguna toque el asfalto. Pisan y son sombras. Siguen la gravedad del… Leer más Otoñar
Esta mañana, cuando más fuerte soplaba el viento abrí todas las ventanas. Un aire gélido me acariciaba el rostro desde lo más profundo de su corazón. Sentía su calidez helarme por dentro, rejuveneciéndome. Esta mañana, cuando más fuerte soplaba el viento he salido. Curiosamente, siempre me tapé entre hojas. Siempre fui una de ellas. Una… Leer más Una hoja
Un enjambre de hojas anida en mis manos. Cayeron secas y llegaban a mí, saltándose la fila india. Las cargo por un pasillo anaranjado hasta donde el sol se pone y los árboles se sientan para sentir la brisa del momento. Vuelvo siempre al lugar cuando mi piel siente el otoño. Entonces es cuando comienza… Leer más Cuando inverno sin hibernar
Emociones encadenadas 
Debe estar conectado para enviar un comentario.