
Paco Cabezas en ventanal de Plaza de San José. / Foto: Gema Albornoz©.
Hace unas semanas, galardonaron al Técnico de Cultura, Desarrollo y Promoción del Ayuntamiento de Aguilar de la Frontera, Paco Cabezas Pérez, en los Premios FAMP (Federación Andaluza de Municipios y Provincias) a la excelencia del personal técnico municipal este 2023. Los Premios se entregaron en el Real Alcázar de Sevilla y dicha propuesta la realizó el propio Ayuntamiento de Aguilar en reconocimiento de la larga y prolífica trayectoria de Cabezas que fue galardonada unánimemente. Con dicho motivo, salió publicada una breve entrevista en Diario Córdoba, en el siguiente enlace.
La entrevista original era demasiado extensa para publicarla, ya que no tiene desperdicio, os la comparto ahora al completo:
Francisco Cabezas Pérez es licenciado en Biología por la Universidad de Córdoba y lleva más de 37 años trabajando como técnico del Ayuntamiento de Aguilar, labor por la que ha sido galardonado con el Primer premio en la categoría de “la búsqueda de la excelencia en clave local” de los II Premios a la Gobernanza de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP) entregados el pasado viernes en el Real Alcázar de Sevilla.
Su labor como Técnico de Cultura, Promoción y Desarrollo ha sido diversa, transversal y “todoterreno”. Su trayectoria no es sólo larga, sino también fructífera en diversas áreas como Cultura, Fomento, Desarrollo Económico, Patrimonio, Medioambiente, entre muchas otras. En ellas, ha sido destacable su impulso, implicación y creatividad Unas actividades de las que ha sido creador, motor y las que ha consolidado a lo largo de los años como El arte de la palabra, La Noche de la Media Luna, Vidarte, la gestión de escuelas taller o talleres de empleo, el impulso de la Cata de Vino o la investigación y puesta en valor del yacimiento arqueológico del Castillo. Creaciones teatrales con las que ha despertado el interés y gusto por el teatro como Las aventuras de don Quijote y Sancho Panza, Testigos de la Pasión, el Jardín de la Ambrosía, El Mesón de la Viuda, Vida de perros, etc. De la misma forma, se debe recordar su relevante papel en el tejido asociativo aguilarense, formando parte de asociaciones como Agrupación Ecologista Soña, la Asociación Turístico-Cultural Alxamí, la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico, Artístico y Monumental Puerta del Agua o el nuevo proyecto de Asociación para el Desarrollo Sociocultural Villa de Aguilar. Además, caben destacar las publicaciones con diversas de sus investigaciones sobre el pueblo: El puente de Vado Castro, Las fuentes y el agua en Aguilar de la Frontera, Manuscrito de Alonso Muñoz de Carmona 1739-1749, entre otros. En esta ocasión, tenemos la oportunidad de acercarnos a su trabajo y conocer mejor su trayectoria.

Durante la entrega del premio en Sevilla junto a la alcaldesa Carmen Flores./Foto:aguilardigital
-¿Cómo recibió la noticia de este reconocimiento?
El día 8 de febrero recibí varios mensajes y llamadas preguntándome si había mirado el correo, seguidos de alguna felicitación que no sabía a qué se debía. Al momento, la secretaria de la Alcaldesa me dio un escrito, que tuve que leer varias veces porque no sabía de qué se trataba, donde se informaba de la concesión del premio por parte de la FAMP. Incredulidad, sorpresa… no tenía ni idea de lo que era aquello. Fue con el paso de los días cuando me fui enterando del proceso, llevado a cabo con una total discreción por parte del grupo de las personas que habían preparado la candidatura. Posteriormente me enteré de su doble satisfacción, por el premio otorgado y por haber sido capaces de llevar a cabo la preparación de la candidatura sin que me entesase de nada.
-¿Cómo resumiría usted su trayectoria?
Se resume en unas cuantas palabras: paciencia, trabajo, dedicación, ilusión, innovación, responsabilidad, con alegrías y frustraciones. Todo ello en el ambiente complejo de un ayuntamiento y con el objetivo de atender las necesidades, estar a la altura de las expectativas y abrir nuevas oportunidades a la ciudadanía en aquellas delegaciones en las que he trabajado. Pero con una palabra que encierra todo el apoyo que he recibido de compañeras, compañeros, responsables políticos y, especialmente, voluntariado altruista que se han entregado sin reservas a cada una de las propuestas que se han ido haciendo, esa palabra es gratitud.
–En esos 37 años de trabajo proponiendo proyectos y siendo motor de la cultura, el patrimonio y el desarrollo aguilarense, ¿en qué cosas ha cambiado Aguilar?
Podemos recordar el punto de partida y comparando con la actualidad se dispone de equipamientos que antes no se tenían. Se ha conseguido un incremento de los recursos ligados al patrimonio histórico, como por ejemplo la recuperación del Pósito, un inmueble que no se sabía ni que existía y que en su solar había un proyecto para levantar un edificio de nueva planta. Se ha conseguido prestar atención sobre el cerro del castillo, de su investigación, recuperación y puesta en valor, un yacimiento de alta riqueza arqueológica que todavía guarda muchas sorpresas. Se ha integrado dentro de la interesante oferta cultural aguilarense, cuando se partía de un lugar completamente abandonado y marginal. Se dispone de espacios expositivos, para realizar actividades culturales y de todo tipo y para la formación. Y, aunque queda camino por andar, hay una mayor conciencia sobre el patrimonio y la valoración de los recursos culturales con los que se cuenta, aun cuando todavía hay mucho por descubrir y conocer.
-Como técnico de Cultura de Aguilar, ¿qué logros se han conseguido? ¿Y qué tareas pendientes existen?
Es una reflexión engañosa, puesto que nunca estás contento con lo que se hace, porque estimas que se podría haber hecho mejor o porque lo consideras insuficiente. Volviendo la vista atrás en aquellos proyectos en los que he participado dedicando tiempo y esfuerzo para cambiar Aguilar, siempre con un trabajo compartido con todas las personas que han intervenido, políticos y técnicos, de dentro y de fuera del ayuntamiento ─nunca se puede decir que ningún proyecto es de nadie en particular─ , está la dotación de un espacio bibliotecario mejorado, y con ello la recuperación y rehabilitación del Pósito para uso como biblioteca, incorporando a nuestro patrimonio este servicio en un edificio hasta ese momento desconocido y completamente olvidado. La intervención constante desde 1988 cuando redacté el primer borrador de escuela taller destinada a recuperar el cerro del castillo, así como el impulso tenaz de la secuencia de intervenciones que se han realizado en este lugar hasta convertirlo en un referente en nuestro patrimonio. La proyección fuera de nuestro pueblo y provincia de la Noche de la Media Luna, que ha servido como ejemplo para otras actividades en distintos lugares, siendo una actividad que se identifica con Aguilar. La redacción para la mejora de la formación de proyectos de escuelas taller, proyectos diversos de formación y empleo para jóvenes y mayores, facilitando el empleo directo y la formación de muchas personas. El impulso para la construcción de un centro de formación ocupacional que hoy es sede de la Mancomunidad, o la construcción del edificio de talleres artesanos y el conjunto de naves que forman un equipamiento que permite seguir apostando por la formación y el ocio. La oposición al derribo del Molino del Duque, evitando entre todas las personas sensibilizadas que se perdiera esta parte tan importante de nuestro patrimonio industrial y etnográfico, y su posterior rehabilitación, dotando a nuestro pueblo de un espacio expositivo magnífico. La apuesta por la recuperación de la iglesia de los Desamparados para dotar al pueblo de un auditorio y un espacio de uso cultural. La creación del centro de información juvenil, la creación de la oficina de información turística, la insistencia de la necesidad de crear un albergue municipal que hoy es una realidad, el trabajo compartido de la compra de un solar y la construcción del archivo municipal…
Todo ello puede servir como ejemplos representativos, sin olvidar todas las actividades culturales que tienen el claro objetivo de hacer ver la riqueza de nuestro patrimonio, con actividades originales, diferentes, incorporando elementos propios singulares para valorar nuestros recursos patrimoniales en su más amplio contenido. Algunas de ellas formando parte de nuestra programación cultural anual.
Todavía queda muchísimo por hacer. Y dentro de ese paquete de objetivos, unos materiales y otras inmateriales, está el conseguir aumentar la estima de los aguilarenses por su pueblo, cambiar una visión muchas veces pesimista por otra más real, generando inquietudes, curiosidades y motivando para encauzar las iniciativas, sin complejos. No hay tópicos, a los que somos muy dados, ni patrones que condicionen nada, cuando el objetivo proyectar el futuro para que los jóvenes tengan una tierra amable que sea capaz de arraigarlos.
-En su opinión, en lo referente a la cultura, costumbres e identidad, ¿cuál es la idiosincrasia del pueblo aguilarense?
Dentro de la idea anterior, no existen estereotipos que se ajusten a una realidad común. Aguilar es un pueblo más en un entorno competitivo. Si hablamos de individualismo, es algo potenciado por la sociedad actual; si lo hacemos de apatía, es a lo que nos lleva una falta de motivación general; si mencionamos la exaltación de lo foráneo y la infravaloración de lo propio suele pasar en más de un sitio.
El problema de fondo de la cultura, las costumbres y la identidad aguilarenses es el desconocimiento. Pasamos de aprendices a catedráticos con leer la primera página de un texto y eso no es conocimiento. Una actitud que provoca un menosprecio de los valores, porque se tiene una visión muy superficial de lo que nos rodea. Y lo que hace falta es conocer, profundizar, superar la mediocridad para ser capaces de acercarnos a nuestro entorno con espíritu crítico. Esto es lo que hace que prosperemos, que seamos capaces de avanzar y de descubrir, de ser más exigentes. Hay que revisar nuestra historia, demasiado llena de tópicos falsos. Ahora es cuando hay una generación que está aportando alguna luz bajo una mirada rigurosa. Sin embargo, es preocupante cuando una y otra vez se repiten relatos superados. Todo esto requiere de un trabajo de revisión, de recuperación y de difusión para acabar con los prejuicios, las valoraciones equivocadas y fomentar el respeto por lo propio desde la realidad histórica y cultural. Eso crea y refuerza la identidad.

Entre muros del Yacimiento Arqueológico del Castillo./ Foto: Gema Albornoz©.
-¿Qué ha supuesto en su día a día, durante los últimos años, el plan de recuperación y puesta en valor del yacimiento arqueológico del Castillo?
Es un proyecto de dedicación constante durante estos treinta y siete años, partiendo de una situación de abandono en un lugar de alto valor arqueológico. Una apuesta arriesgada, más propia de la fe que de la información previa existente, por desconocer el alcance del arrasamiento de todo el yacimiento. Sin embargo, la apertura de algún que otro agujero a finales de los setenta y, especialmente, tras las primeras excavaciones desde el año 1993, los resultados reforzaron la apuesta por este sitio. Pero las vicisitudes han sido complejas y difíciles, no hay que olvidar que excavar o realizar cualquier actuación en el castillo era considerado enterrar el dinero en un sitio en el que no había nada. El trabajo se centró en cuatro frentes, uno el de demostrar que aquello merecía la pena, otro el de concienciar a la población para llamar la atención sobre el sitio, un tercero la apuesta por la excavación intensiva de este espacio y, el último, en poner en valor el espacio para su interpretación. Como sucede en estos proyectos a largo plazo, los nuevos resultados van apuntando hacia donde hay que derivar los objetivos de intervención para la investigación, mejora y consolidación de los restos. Queda pendiente la articulación de este yacimiento en su entorno, desde un punto de vista mucho más ambicioso y multitemporal, y la elaboración de un proyecto complementario y específico de desarrollo integral.
Un trabajo de impulso que, gracias a la apuesta de los distintos responsables políticos, verdaderos actores en la decisión final de cada proyecto planteado, hoy ya ha generado trabajo y en un futuro mucho más.
-¿Qué actividades han marcado un antes y un después en la cultura aguilarense?
Dentro de mi experiencia la Noche de la Media Luna, y también la Cata Popular impulsada por Pepe Cabezas con otros objetivos, fueron todo un referente en la provincia e incluso en ámbitos mayores. La primera de las actividades supuso un cambio en la manera de hacer cultura, con la participación de un voluntariado entregado y motivado por hacer algo diferente, al recordar los primeros años se me viene a la cabeza una palabra: ilusión. Eso sirvió como ejemplo para otras iniciativas dentro y fuera de la localidad. Es una actividad que aún sigue teniendo tirón y que hay que reforzar, apoyar y refrescar para que siga siendo un referente en las actividades culturales del verano.
Indudablemente, el impulso dado al yacimiento del castillo supuso un hito importante en la percepción de la cultura como factor de desarrollo, siendo el argumento principal para el desarrollo de obras AEPSA como generadoras de empleo.
Junto a ello hay otras actividades que también contribuyen y que han empujado la cultura aguilarense, tanto de iniciativa pública como privada, con una sensación de dinamismo cultural interesante y un tejido asociativo emprendedor y muy diversificado.
-En cuanto a las actividades propuestas más destacables a lo largo de los años, ¿cómo ha respondido el público aguilarense a todos estos eventos?
Extraordinariamente. En las actividades desarrolladas, siempre ha existido una aceptación por parte del público, buscando diversión, originalidad, sorpresa, conocimiento… Creo que el público aguilarense es consciente de que en Aguilar se están haciendo actividades culturales de calidad y creativas, y eso se refleja en una muy buena aceptación, con aforos llenos y, a veces, con la repetición de muchas de ellas.
-¿De qué forma se da a conocer el patrimonio, la cultura y las costumbres de Aguilar?
Los mecanismos son más que conocidos, otra cosa son los contenidos, que siempre se procura que sean atractivos. Las tradicionales son las jornadas, exposiciones, talleres…, y otras más elaboradas dependiendo del público y las temáticas que se quieran difundir, utilizando los medios de comunicación y las herramientas de que se disponen actualmente. De todas formas, la mejor manera de dar a conocer estos aspectos de la cultura es con actividades de calidad y, en estos momentos, por una curiosidad fomentada en los últimos años, hay temas que son especialmente interesantes para el público aguilarense y para personas que vienen de otros lugares.
-¿En qué proyectos se encuentra trabajando actualmente? ¿Qué proyectos destacables tiene planteados, o pensados, para los próximos años?
El desarrollo de Aguilar, en su más amplio concepto, siempre es un reto para el trabajo desde un ayuntamiento, creando infraestructura y equipamientos, así como la planificación adecuada para poder avanzar, siempre bajo las prioridades que marcan los responsables políticos. En el ámbito cultural preparando las actividades anuales y algún que otro proyecto que podremos abordar en breve.
Nunca hay que olvidar que detrás de cada proyecto hay un importante trabajo, en todos los aspectos, en los que participan varias personas, un trabajo que no se ve, y en muchas ocasiones ni se valora, por no tener una repercusión social inmediata ni estar expuesto al conocimiento general. En muchas ocasiones en ese trabajo callado del empleado público desde el personal técnico al peón ─en secretaría, intervención, personal, obras, urbanismo…─, bajo las directrices de quienes nos gobiernan, es donde está el soporte para la consecución de objetivos.

Cerca del Tuta. / Foto: Gema Albornoz©.