Déjame ver cómo bailan tus manos
con la taza de café o zapatea con la copa
de cristal.
Dame espacio en la cocina,
al lado del fogón. Preparemos
el almuerzo, escribamos la vida
de especias y calor. Cambiemos las sábanas. Desgastemos su piel al deshacerla,
por mudar la nuestra de la cama al sofá.
Haz hueco en el cuarto que quieras
y deja que las horas a tu lado
se ocupen del resto.