La responsable del ruido del trueno

Si se agarraba el corazón podía cruzar las calles sin mirar.
Màximo Huerta.

Antes de que el cielo rugiera.
Antes del estruendo del primer
relámpago gris, se puede oler
a qué sabe el beso prístino
de lluvia en el suelo. Se puede
medir el tiempo y estimar la distancia.
No hay que hacer funambulismos en sueños
ni en realidades, entre ondas de choque.
Aunque muchos lo llamen ruido, ella es
la responsable. Si cierras los ojos
escucharás cómo habla. Ahora llueve
mucho y habla. Se ha anticipado y
no deja contar treinta latidos.

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