La montaña sacude polvo de su cima
helada. Parpadeo para comprobar que no es una bailarina
girando. Perpleja quedo al abrir mis ojos, al trazar
la silueta, reposa desnuda y salvaguardándose
del frío.
Estiro los brazos, parpadeo por última vez
e imito su postura. Se reclina ante mí,
intentando acercarme a sus laderas,
pero es demasiado tarde. Ya me ha alcanzado
su alud.
Gema Albornoz
Esta obra de Gema Albornoz está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivar 4.0 Internacional.
Basada en una obra en https://emocionesencadenadas.com.